Si alguien preguntara
A donde ha ido Sokan,
decid tan solo:
"Tenía cosas que hacer
en el otro mundo"

último Haiku de Sokan

jueves, diciembre 15, 2005

La vida soñada de los Ángeles


Un amigote me regaló, “La vida soñada de los Ángeles”, después de verla, salí a caminar por la calle y confirmé que la sonrisa femenina, no solo conmueve, si no que también alegra la vida, nada como ver esos los ojos brillantes, océanos de vida por donde se manifiesta el espíritu de donde venimos y del que estamos hechos todos.
Veo pasar mujeres, veo para abismos, veo ríos que contienen el cielo y se nutren de la tierra.
Las veo, una a una, dar pasos que me hablan de universos múltiples y ahora al llegar a la casa, mientras abro las puestas siento un cierto olor manzanilla, para ser exactos a Chamomilla, que anuncia el rito del encuentro con una cándida sonrisa.
Erick Zonca y su relato sencillo me permitieron un viaje asombroso que nace en lo cotidiano y se desarrolla en un mundo interior sin prejuicios morales.
El amor sin condiciones se hace tan puro que trasciende incluso nuestras propias vidas.
Ahora, cuando algún momento del día se pone difícil, solo pienso en la sonrisa con olor a manzanilla y los ángeles me hablan de sus sueños y yo me pongo a soñar con ellos.

sábado, diciembre 10, 2005

Explorando el cielo anterior


Desde la distancia y con buena memoria, con el sol en la cara, recostado sobre el césped, miro el cielo de azul rabioso.
Sin querer, en un instante tomo conciencia del tiempo…
Donde estoy, convergen muchos caminos, muchas historias, muchas vidas.
De pronto el océano de afectos me llena de alegría, pero también de nostalgia y esa pequeña embarcación que suelo ser, sube y baja olas de calmas y tormentas.
Ciertos momentos de la vida se hacen presentes, pero con la paz de la distancia y el cariño que nunca muere… por que si alguna vez quise a alguien, que hoy no esta a mi lado, ese cariño no se perdió.
Miro para atrás desde esa ventana y me doy cuenta de que algunas veces no fui justo, que me equivoqué, y hasta daño hice, muchas veces por inmadurez (sin animo de justificar), otras veces pequé de incauto y me toco a mi padecer los trancazos, pero que hoy al fin estoy tranquilo y desde esa calma, desde mi simple humanidad pido disculpas por las torpezas, por la contradicciones o por lo que sientan que debo disculparme.
Como decía, son muchos los caminos que convergen y no hay blog que aguante tanto detalle, pero es buen momento para decir gracias por el amor que me han dado y perdón por lo bueno que no pude ser.
Ahora se podría decir de un modo u otro que somos una familia, un gran familia, que se acerca y se distancia, pero al fin es una familia, con lado bueno con lado malo, con infinitos lados, un clan del que me siento muy, pero muy contento.

lunes, diciembre 05, 2005

Silencio


Estuve en un lugar donde las palabras reinan, donde los que hablan fuerte y golpean la mesa, se imponen. Ahí, recordé la tormenta sobre el lago, vi nuevamente como el viento arrastró el agua que caía del cielo y la mezcló con todo lo que encontraba en la tierra para golpear el bosque.
Con movimientos lentos, de un lado a otro, cada árbol y un suave crujir de madera se adaptan al momento dando paso al apasionado vendaval.
Luego entonces, el silencio…
Una que otra hoja saltando de un rayo de luz a otro, para llegar al húmedo suelo donde su naturaleza cambiará.
Entonces nuevamente recordé, recordé un personaje que habita una tormenta de palabras y que con su silencio equilibra, equilibra como un árbol de buena sombra que ha demorado años en crecer.
Sus miradas, su presencia, nuevamente sus silencios son la fuerza de aquellos que no vemos nunca, aquellos que día a día mueven el mundo, sin otro motivo que agradecer la vida, aunque esta brote en un vertedero.
Ahora no puedo guardar silencio, soy viento, me agito y me calmo para evocar a la Celadora (Annabella Claramount), de Desórdenes Mentales que desde su silencio me habla, me habla de un universo que no es fácil de advertir.
(Foto de José Luis Rebolledo)