Si alguien preguntara
A donde ha ido Sokan,
decid tan solo:
"Tenía cosas que hacer
en el otro mundo"

último Haiku de Sokan

jueves, septiembre 28, 2006

Homenaje


Hace unos días transmitieron por televisión nacional de Chile "Días de campo", de Raúl Ruiz, una verdadera sorpresa, no por que no estuviera enterado de la programación, si no por que... Ruiz en la TV, es un gran paso...Esperemos que no sea como el tren de Lima la paz, la paz.... Un paso pa delante dos pa atrás.

Con tantas vueltas de la vida, se me había olvidado que este, era el lunes en que estaba programada la película, por cierto los lunes hay cine chileno en el canal nacional, el lunes pasado dieron "Chamorro"... doble sorpresa, por que Pancha, desde su casa de las cruces, me llamó para contarme que estaba muy emocionado de estar viendo la pelí..

Sin irse por las ramas, mientras filmábamos "Días de Campo", me daba la sensación de ser participe de un homenaje a tiempo real a todos aquellos buenos actores, de gran trayectoria.

Raúl jugetonamente se refería al rodaje como un rodaje de la tercera edad, por que un buen porcentaje de quienes actuaban, realmente pertenecían a la tercera edad o ya estaban por llegar a ella, lo maravilloso es que mientras más veces veo ese trabajo, mis recuerdos no me hacen pensar más que en lo joven y de vanguardia que es ese film, me costaría mucho definir que edad tiene.
El tiempo ha quedado suspendido, pero suspendido ahí... se mueve en su lugar, como un quantum a la espera de pasar de un estado a otro, se mueve para hacernos recordar (recorder: volver a pasa por nuestros corazones), que esa interpretación es única, no se puede repetir.
Este no puede haber sido mejor homenaje para el gran Patricio Bunster, quien interpreto al afuerino, alegoría de la muerte que viene a buscar a Federico Ganna.
Señor Patricio donde estés te recordaremos, no solo por tu trabajo, si no también por la dulzura con que lo hacías.

No queda otra cosa que seguir viviendo agradecidos de cada instante que nos regala la vida, que el buen presente no acompañe hasta el final...

sábado, septiembre 09, 2006

Cruzando la cordillera de los Andes


Miro el camino recorrido...

Nuevamente con alegría, durante este mes y medio en Barcelona he aprendido mucho, mucho sobre el estar…
Aquí sin temor al pasado, ni al futuro…
Sin temor a equivocarme he intentado ser y dar lo que nace de mi, con la esperanza de que sea lo mejor.
Puede que en muchas ocasiones no haya acertado, tal vez en otras si, eso se ira viendo con el tiempo.
Creo que lo interesante fue entender que el objetivo, pese a que parece muy importante, es secundario, incluso terciario, pues recordé que la experiencia en si misma es la que nos nutre y es en ella donde debemos converger.
Coincidencia o no, el único libro que me llevé al viaje fue “La poética del cine” de Raúl Ruiz donde hay una referencia a este mundo infinito, les recomiendo este libro.
Hice buenos amigos y amigas, compartí muchas horas con compañeros de trabajo a quienes admiré por su templanza, alegría y humildad, ellos me dan cuenta de lo tanto que tengo que aprender.
Barcelona en verano es una ciudad muy vital, me pregunto ¿Cómo será en invierno?…

Aquí en Chile la primavera estalla, los pájaros cantan preparándose para la danza del amor.
El sol se hace más presente, pintando desde la ventana de la cocina el mantel azul nuevo y los coloridos individuales.
Hay flores por todas partes, dentro y fuera de la casa hay un festival de pétalos que dejan escapar a ciertas horas del día aromas de nostalgia.
Pero falta algo, la sonrisa…
La sonrisa de las personas en la calle…
No se exactamente que es, pero parece que antes de partir a España me había acostumbrado a ver a los conductores de auto apurados, tensos, irritables, esperando la oportunidad de tocar la bocina para descargar alguna frustración del día.
Ahora que he pasado casi un mes y medio lejos del transito vehicular Santiaguino, me sorprendo.
Sobretodo por que me di cuenta que mi comportamiento antes de partir era parecido, no llegué a tocar la bocina pero mi conducción era ofensiva y me asusta un poco pensar que puedo contagiarme otra vez.
Mientras escribo esto tiembla la tierra, había olvidado también que en Chile se siente el desplazamiento de las capas tectónicas, enérgicamente estas tierras me recuerdan la constante transformación del universo, lo pequeños y demandantes que somos. Y como nuestra presencia por aquí es simplemente un conjunto de ondas provocadas por nuestros pasos en este gran mar de acontecimientos que parecidos unos de otros van cambiando infinita e imperceptiblemente.