A 1000 metros sobre el nivel del mar, un poco de nieve y un pequeño lugar con una gran chimenea, una grata conversación con el dueño del lugar y la alegría de ver sonreír a mi madre.
Casi olvidaba lo contagiosa y dulce que es su carcajada... cuantos secretos hay ahí?.
Que privilegio!
2 comentarios:
lindo reencuentro!
Que ganas de tener ese privilegio !!! pero con la sonrisa de los dos juntos
Publicar un comentario