Mi madre y Shostakovich

Los violines se balanceaban como buscando escapar del rigor de los arcos.
Mientras las hebras de estos saltaban al calor de las cuerdas, el teatro completo incluyendo al atónito publico, vibraba con los timbales .
El impacto de las ondas sonoras dibujaban en el rostro de mi madre, una pequeña sonrisa expectante.
Era casi un sacrilegio respirar, suspendidos en el tiempo resistimos la tentación de saltar de nuestros asientos.
El hechizo se desató con largos aplausos del público animado.
Los músicos sonreían victoriosos …
Y mi madre, me sorprendía con una gran explosión alegría y entusiasmo, quizás recordando aquellos días de niñez y juventud en los que también compartió ese maravilloso gusto por la música con mis abuelos.
Verla radiante, festejando ese gran momento, me dejó ver su infancia, su juventud, pero sobretodo su presente armónico y en constante búsqueda de equilibrio.
Como en sus tiempos de estudiante de danza, ahora da ritmo a su espíritu desbordante de vida y generosidad.
Que agradecido estoy del aquel, astuto, rebelde y luchador, compositor ruso…
Que risa saber que a stalyn no le gustó tanto y que Shostacovich es ahora símbolo de alegría, fuerza y resistencia.
Ahora el compositor de la música del film Octubre es de mis preferidos…

El tesoro de los caracoles

Hace algún tiempo ya, casi me pierdo la posibilidad de filmar este cortometraje.
A dos días de iniciar el rodaje, estaba aun atrapado en la Antártida.
Se especulaba que el aeropuerto cerraría por mal tiempo, una semana o dos.
Mientras se abría la posibilidad de una pequeña ventana para despegar, yo llamaba a Bruno Bettati, el productor, desde el único teléfono publico de la zona, creo, para preguntarle por la hora de citación y prometerle que estaría ahí pasé lo que pasé, pero, que por si acaso, tenga una alternativa de dire de foto...
Por suerte, los dioses del mar y las tormentas se apiadaron, pudimos partir en el último vuelo hasta dentro de un mes con el equipo con quién filmábamos un documental para la tv alemana, sobre la vida cotidiana en las bases Chilena y Rusa.
Se abrieron las nubes, como el mar para Moisés, así de milagroso lo recuerdo, creo que exagero, pero es para darle la emoción que sentí.
El hecho es que me bajé en Puerto Mont después de una escala rápida en Punta Arenas, para llegar a Valdivia en bus con el tiempo contado.
Betatti dice que me faltó llegar en paracaídas, para la próxima será...
Creo que parte de esa energía se transfirió en el cariño con que me tocó participar en este cortometraje, que me gusta mucho.
Espero pronto podamos festejar el estreno del largometraje Ilusiones Opticas del mismo director, Cristián Jiménez...tata ta tán
Por el momento iremos a la primera presentación en sociedad del film, en San Sebastían y Biarritz, no está mal no?

Disfruten del corto y dejen todos vuestros comentarios.... Nos vemos en el cine