Pronto, en sus mejores salas

Hay algunos vinos que con el tiempo se ponen mejores y este me parece, que es el caso de un film de guarda. Su envejecimiento, incluso por el formato en que lo capturamos, le hecho tomar más y más cuerpo.
Ahora la imagen, para mi gusto, está más de acuerdo con la historia. Espero coincidan conmigo, de cualquier forma, me encantaría que me cuenten después de haberla visto, claro.
Mi propuesta:
El terreno donde suceden las cosas es urbano y nocturno, los ambientes son ásperos y en los personajes hay ciertos toques agridulces.
Por lo tanto, la textura provocada por el tiempo, nos sitúa en un pasado presente, que es clásico de los barrios y boites más populares.
El mejor ejemplo para los viajados es lo que se siente al llegar a la Habana, donde el presente tiene como decorado colores y texturas del ayer.
Para los menos viajados, en Chile y en realidad, en los países de centro América y del sur pasa lo mismo.
Hay ciertos rincones que en general están o en el centro de las capitales o en sectores colindantes, donde se vive un país que no deja de ser el de antaño.
En muchos casos la arquitectura, que en sus tiempos fue para el lujo, que ahora lleva años sin remozar y deja un sabor rancio a remanencia aristocrática muy venida a menos, ahora alberga a grupos de personas que sobreviven un mundo “disque globalizado”, que no los toma en cuenta o más bien los dejo de lado, alimentándose de la esperanza de un posible horizonte.
Ya me fui por las ramas, de esto no se trata realmente la película, pero mientras leía el guión para ver como la fotografiaba, en algún momento pasé por esta reflexión, como por muchas otras que fueron alimentando el modo de enfrentar la imagen.
Así es que atentos con el estreno, para luego poder conversar, mientras tanto un avance.



El director de esta película se llama Andrés Racz y pueden visitar su blog si quieren saber más de él y de la película.