Despedida

La radio ya no suena como antes, las canciones románticas tiene sabor amargo y la noche es implacable, los carteles huelen a flor marchita y los sueños esperan otra primavera.
Es tiempo de invernar, meditación, reflexión, purificación, exorcismo o como sea, zurcir aquello que no se puede ver.
Suenan las hojas que pisa el otoño, nuestros corazones caen perdiendo cualquier nexo con raíz de ilusión.
Una campana distante, un boxeador y la promesa de un viejo amor de infancia van de la mano, por el parque con juegos de madera que olvidaron pintar.
El anuncio de lluvia a nadie sorprende, pero guardamos silencio mientras las cuerdas cuentan historias de un futuro mejor, historias simples, difíciles de creer.
Es verdad, esta noche de luna llena las sombras son azules como nuestras heridas, profundas como la canción de ayer.
Pequeñas voces o voces pequeñas suenan como el río que pronto enfurecerá, por que la lluvia que se viene llora, por que la tormenta se aproxima silenciosa para llevarse lo que nos queda.
Por que con suerte, nacer otra vez a la luz del sol es una posibilidad.



Foto: Chamila Rodriguez