Si alguien preguntara
A donde ha ido Sokan,
decid tan solo:
"Tenía cosas que hacer
en el otro mundo"

último Haiku de Sokan

lunes, abril 10, 2006

Memoria


Chiñiue
Originally uploaded by viajebeat.
Infancia que te escondes tras la niebla de un frío invierno escolar, que sonríes con la vieja canción que nostalgia el verano del primer amor...
Que hoy duermes cuando sale el sol tras la cordillera de los andes...
Al despertar no me olvides.
Hoy soy de aquí y no dudo que también de allá, de aquel lugar donde estuvimos antes de nacer, de aquel lugar que talvez imaginé y no me canso de imaginar.
Infancia, que a veces te escucho gritar “El Pueblo Unido”, ¿Por qué cuando te cansas susurras “One”?.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La infancia...

Flor de maravilla.

Chamila Rodríguez ACTRIZ dijo...

Hola mi chiquitito.

Precioso tu trabajo en "Desde Lejos". Chillán se ve más lindo !

Besiiiito.
Pirinola.

viajebeat dijo...

Supongo que hablas del corto de El Pollo (Alejandro Fernández), un privilegio haber participado en ese trabajo, un privilegio también, la primicia de verlo.
"Desde lejos" será espero un primer paso de un gran recorrido, donde la amistad será el mejor de los pagos.
un beso para ti también... "niña del hogar"

Darío Zetune dijo...

Me gusta, y además de la niñez, la juventud, esa que aún tenemos, y que esperamos tener, a la manera de lo que dice la poeta Ada Negri, y que copio. Ella la cita mucho otro autor muy caro para mi: Luigi Giussani.

Mi juventud

No te he perdido. Te has quedado
en el fondo de mi ser. Eres Tú, pero otra eres:
sin fronda ni flor, sin la risa brillante
que tenías en el tiempo que no vuelve,
sin aquel canto. Otra eres, más bella.
Amas, y no esperas ser amada: ante
cada flor que se abre o fruto que madura,
o párvulo que nace, al Dios de los campos
y de las estirpes das gracias de corazón.
Año tras año, dentro de ti, fuiste cambiando
rostro y sustancia. Cada dolor más firme
te hizo: a cada huella del paso
del tiempo, tu linfa oculta y verde
opusiste, como remedio. Ahora miras la luz
que no engaña; en su espejo contemplas
la vida perdurable. Y permaneces
como una edad sin nombre: humana
entre las humanas miserias, pero viviendo
sólo de Dios y sólo en Dios feliz.

Oh juventud sin tiempo, oh siempre
renovada esperanza, yo te confío
a los que vendrán, para que en la tierra
vuelva a florecer la primavera, y en el cielo
nazcan las estrellas cuando se oculte el sol.
Ada Negri

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El Serch again.