Que tienen que decir las personas implicadas?
Carta Abierta
Mediante la presente carta, deseamos dirigirnos a toda la comunidad teatral con el objetivo de comunicar un hecho grave y lamentable ocurrido el día 30 de noviembre en la fiesta organizada por la compañía Niño Proletario, quienes reunirían fondos para su próximo montaje.
Ese día, acudieron al evento alrededor de 300 personas quienes disfrutaron de la fiesta en un clima de cooperación y normalidad, al igual como sucede en la gran mayoría de actividades de este tipo que continuamente organizan las compañías emergentes. Sin embargo, a las 4 AM, cuando todo había terminado y la gente se retiraba, se desencadenó un hecho grave que cambió el curso de la actividad:
Un estudiante de tercer año de año de la carrera de teatro de la Universidad de Chile fue agredido física y verbalmente por un grupo de ex alumnos de la Universidad Arcis sólo debido a que sus padres son dos actores reconocidos en el medio nacional; lo cual en primer término nos parece un acto fascista que revela un resentimiento difícil de entender y que nos motiva a que se haga público.
El joven fue agredido por un grupo aproximado de 10 personas quienes a combos y patadas le dejaron como resultado hematomas múltiples y un corte en la oreja. En ese instante los realizadores y cooperadores de la fiesta intervinieron separándolo del grupo y lo resguardaron al interior del local, lo cual motivó aun más la ira de los agresores, quienes golpearon durante 40 minutos la puerta de entrada del local amenazando con cuchilladas, punzazos y ajustes de cuenta posteriores.
Esta última acción significó la rotura de acceso del local y de una reja de seguridad, cuyos costos deberán ser asumidos por los organizadores con las ganancias de la fiesta. A lo cual se suma también, que la puerta debió ser sacada pues producto de las patadas se trancó la cerradura siendo imposible abrirla.
Ahora bien, el nombre de una persona fue lo que gatilló las agresiones, pero luego se derivó en una serie de insultos que hacían alusiones despectivas a las diferentes escuelas de teatro, sus directores, docentes y alumnos, lo cual atenta contra el diálogo artístico que hace algún tiempo muchas personas estamos tratando realizar con estudiantes de diferentes escuelas.
Este hecho, por lo tanto, nos tiene consternados en cuanto se trata de pares con los que continuamente nos encontramos en diversas actividades artísticas, y de los cuales uno no espera esos niveles de violencia que pudieron haber sido muchísimos más graves, en donde incluso pudo estar en juego la vida de una persona.
Creemos que personas como Gopal Ibarra, Miguel Murúa, Carlos Espinoza, Dany Chandía, Rocío Monasterio, entre otros, merecen ser sancionados públicamente por los hechos delincuentes y facistas que llevaron a cabo.
Estas personas ocupan importantes lugares de creación, los que se constituyen en espacios de privilegio si se toma en cuenta que el nuestro es un medio cerrado: Festival de Teatro Santiago a Mil, ayudantías universitarias y temporadas en diversos teatros. En esos lugares se forja la identidad cultural del país y se forman futuras generaciones, lo cual resulta preocupante en cuanto lo acaecido la madrugada del sábado actúa en la línea contraria de todos los fundamentos que inspiran a tales instituciones.
Finalmente, lo sucedido no sólo fue un acto de violencia en contra una persona determinada, sino que también fue un acto de violencia y deslealtad en contra un grupo de personas cuyo fin último es realizar teatro.
Es así entonces, que aún en medio del estupor no podemos sino preguntarnos:
¿Qué pasa con el rol social del actor en estas situaciones? ¿Se limita sólo al escenario?
¿Cómo es posible que aún siga existiendo este tipo de violencia después de la historia reciente de nuestro país? Y además, ¿Cómo es posible que esa violencia provenga de personas ligadas precisamente a una universidad que sustenta su ideología en el respeto a las personas?
Sin nada más que agregar, y esperando que lo aquí descrito se difunda, con el objetivo de evitar que nuevamente personas sean agredidas por su nombre y que tales niveles de violencia no vuelvan a repetirse,
Se despide cordialmente,
Compañía de Teatro Niño Proletario
Sally Campusano Claudia Cabezas Luis Guenel Francisco Medina
Sally Campusano Torres
actriz/ productora teatral
88145681
4 comentarios:
Escuché la otra parte en la cooperativa, no entendí mucho. Ni siquiera estando ahí quizás habría entendido más.
El ego juega feo cuando sale con violencia, es lo único que puedo decir...
Shidi !
es complejo este asunto, ya que las versiones de las distintas partes son totalmente contrapuestas. es un poco fuerte que este grupo, a propósito de una pelea en un carrete, insinúe que esta gente debe ser marginada de sus pegas.
Lo que molesta es la violencia, de donde venga, no hay justificación para las agresiones.
Es que hay diferentes tipos de violencia y es sólo que a veces la física es la más visible. Entonces no que hay que sólo hablar de los golpes, sino de todos los otros tipos de violencias que ejercen unos contra otros (físicas, simbólicas, etc.)... y tampoco hay que personalizar en exceso ni hablar siempre por las víctimas... porque no siempre está clara la diferencia entre víctimas y victimarios... Bueno, mi opinión... También creo que no se debiera decir que hay que marginar a personas por un hecho puntual... porque también debiéramos marginar a aquellos que no pagan sus impuestos, a los que discriminan a los pobres, a los migrantes, a los que discriminan a las mujeres, a los que no votan en las elecciones, etc... todas esas son violencias hasta de pronto más significativas...
Bueno, mi opinión...
Chau...
De todas maneras me sorprende el tono penalizador del texto (castigar sin comprender... buuuuuuuuu)... y que se hay incluido en este blog, que hasta ahora me gustaba mucho...
:-)
Francisca
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