Paréntesis

Hace un par de días vi Paréntesis, una película joven muy joven y quiero pensar que es ingenua, por que el uso del lenguaje cinematográfico es fresco, buscador, guerrillero, Pero la moral que valida es los mas conservador que he visto en el cine chileno.
Pero antes que nada tengo que decir que las actuaciones me encantaron, que la imagen me sedujo, del mismo modo que el montaje y la música, podemos partir por ahí... Por que es una pelicula seductora.
Me hizo mucho sentido el retrato del chile que no me gusta, es extremadamente certero en la descripción de la superficialidad que viven hoy muchos de nuestros compatriotas, el egocentrismo de los personajes y sus problemas existenciales son un fiel retrato de un porcentaje importante de la población, que ha olvidado lo que es la solidaridad y la confunde con la empatía sin vínculos.
Un tipo de personajes que vive tan desconectado de su país que pese a tener acceso a la información y a la “cultura” y tener un buen pasar, no es capaz de abrazar el rito de la generosidad en el dolor y la alegría.
El único personaje que en un principio no habla y que supuestamente se auto construye como un héroe, el gurú, el alma pura, es un guatón ricachon que no hace más que regalar libros de autoayuda o taquilleros. Que para mal de males casi al final de la historia se manda un discurso en valida el abandono empático de nuestra intuición, de nuestra búsqueda del amor.
Es una verdadera pena que el personaje principal termine traicionándose a si mismo, después de ver la luz de la vida, después de descubrir el amor incondicional, abandonando a la mujer que le enseño a sentir la vida en la yema de los dedos, simplemente por que ella no estaba en un buen momento, simplemente por que ella no lo podía reconocer, y el pobre muchacho dejó de ser el centro de la atención.
Mi decepción vino después del discurso autocomplaciente del guru que confundió desprendimiento con abandono. Estaba bien mientras escuchaba y a través del silencio hacia de oráculo espejo, pero este se rompió en el momento en que abrió la bocota, mato la magia.
El fin de la peli es de los finales tristes que he visto en los últimos tiempos, pues el protagonista se queda donde más daño hace. Se queda en el lugar donde descubrió que no quiere estar.
Perdón por la sinceridad, pero es que esa es la superficie que no me gusta y que busca imponerse sobre un Chile que prefiero, un chile que reconozco más alegre, un chile solidario, preocupado el prójimo, un chile que comparte, el chile generoso.

Ojalá que la locura de Mikela (creo que así se llama el personaje que interpreta Carolina Castro) predomine por sobre todas las cosas