Si alguien preguntara
A donde ha ido Sokan,
decid tan solo:
"Tenía cosas que hacer
en el otro mundo"

último Haiku de Sokan

miércoles, agosto 24, 2005

Tempestad


No hace mucho que estuve en Valdivia, el tiempo en aquella oportunidad era implacable, pero por alguna razón me sentía protegido y tranquilo.
Salí a la calle para encontrarme con el temporal y disfrute del viento a 150 kilómetros por hora. Había cierto aire de libertad y los techos de metal oxidado se desprendían como hojas de papel.
No muchas gotas, pero si muy gruesas golpeaban mis mejillas mientras disfrutaba de la luz cambiante.
Hoy llegamos un poco atrasados, pero se podría decir que fue en un buen momento, el sol se abría paso entre la neblina, el musgo de los árboles brillaba con miles de verdes y el río Calle Calle consagraba en su reflejo la tranquilidad con que sucedía todo.
El viaje no fue del todo grato por que el bus se detuvo muchas veces, pero de todas formas desperté muy contento, la tarde antes de salir de Santiago me regaló un dulce e impermanente encuentro.
Pero con el paso del tiempo comencé a sentir un vacío en el estomago y no era hambre, no sabía muy bien que me pasaba pero me sentía incomodo, ponía demasiada atención en mi teléfono, parece que me había acostumbrado a los mensajes tímidos y discretos que recibía en Punta Arenas, el silencio me asustó.
Mientras visitábamos las locaciónes para el cortometraje “Lobos” me preguntaba que es lo que esta pasando, que se mezclan tantos sentimientos, miedo, desconcierto, alegría emoción, todo muy intenso, pero al fin solté y esa majamama de emociones se transformó en una sensibilidad especial para ver las cosas y disfruté mucho de lo que quedaba del recorrido.
Luego, el bicigrip llegó e hicimos la pruebas con una de las actrices más jóvenes con las que he trabajado, la sonrisa de Manuela, que recién cumplió un año, me hizo olvidar todo, el contraluz en su rostro y el paisaje me trasladaron a la misma emoción que sentía la vez anterior que estuve por aquí, el temporal que ahora llevaba por dentro se desvaneció, nuevamente me sentí protegido y tanquilo.

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