Si alguien preguntara
A donde ha ido Sokan,
decid tan solo:
"Tenía cosas que hacer
en el otro mundo"
último Haiku de Sokan
lunes, agosto 29, 2005
Nuevos amigos
Llegada a Santiago, 7 de la mañana…
A diferencia de la ida a Valdivia, el viaje de regreso estuvo mejor. El único momento donde peligró la tranquilidad fue a las doce de la noche, cuando paramos en Temuco y una manada de cachorros púberes cortejándose subieron.
Parece que venían de algún campeonato de voley, lo bueno es que mientras yo recordaba mis paseos de la escuela, por el interior del Perú y los amores de esos tiempos, se cansaron y prontito de cómo 20, roncaban tres muy fuerte, pero como tienen caja toráxica pequeña hasta sonaban tiernos.
Luego de un recorrido subterráneo hasta el metro Escuela Militar, una pequeña espera junto a mi compañero de viaje Christopher Murray, que estaba de cumpleaños y que amablemente me ofreció un aventón a la casa.
Mientras esperábamos, asomaba el sol tras la cordillera, un contraluz espectacular caía sobre las personas de las que solo se veían sus siluetas, para descansar un poco la vista era mejor subir la mirada y apreciar las nubes blancas y espesas, que poco a poco le daban espacio al imponente azul.
La constante de este año: El privilegio de ver una cordillera de los andes, en primerísimo primer plano con nieve hasta la Reina, lo primero que se me viene a la cabeza en ese momento es: Continúa el estilo fotográfico de Valdivia.
Ya a la altura de Vespucio con Tobalaba, habían policías cortando el transito, mucho barro, palos, troncos, piedras. Como en los mejores diluvios, solo faltaba encontrarse con Noé y sus animales.
Una pequeña toma de conciencia y la pregunta de cajón: ¿Cómo estará mi casita?…
Igual que en las mejores películas de Hitchcock, tras el rechinar de la reja metálica, belleza y suspenso se sumaron, en el patio había una alfombra de pétalos de ciruelo japonés, aquí nos pasamos a Akira Kurosawa, pero inmediatamente retornamos al cosmos de Alfred, con el terror de lo que encontraremos tras la puerta.
Una vez vencido el miedo descubrí que no había pasado nada, el pasillo estaba seco, que respiro… entré las maletas al sector del computador y sentí un extraño ruido que venia del piso, plash, plash, una gotera había hecho lo que no pudo hacer el gran cauce exterior, el agua se coló por el techo y con su habitual perseverancia mojo todo el Living, por suerte no hubo daños, la gotera tuvo la decencia de esquivar los aparatos eléctricos, libros y discos. Me saló barata.
Y mientras escribo esto trato de hacer un balance del rodaje de “Lobos” y lo que más contento me pone es nuevamente darme cuenta de lo interesante que se ponen los proyectos, cuando el equipo cree en lo que está haciendo…
Trabajar con Waldo Salgado de asistente de dirección es siempre es un agrado, yo le pondría: el maestro del tiempo en el plató, pero además, en está oportunidad fuimos compañeros de viaje y que gusto me dio compartir la risibilidad de nuestras historias.
Leí que Francisca Heitzer era la vestuarísta, pero a ella no solo le agradecería el buen gusto para elegir las ropas, también la sonrisas, los sándwich de queso caliente, chocolates y té de hiervas con los cuales el equipo entero sobrevivió a la lluvia y el frío.
Como tengo un gran problema de distracción con los nombres recién me entero que Pingüino el director de arte se llama Rodrigo Guerra, de el ya dije que me encanta su forma de componer los elementos que ya están en el lugar, pero quisiera agregar que me sorprende la facilidad que tiene para relacionarse con los niños, debe de ser su espíritu transparente y tranquilo, eso se notó también en el rodaje.
Rodrigo González, Rocco fue un productor muy comprometido, pero hay que decirlo… que buen actor es la secuencia del bote en Punucapa es de las que más me han gustado y eso que me ha gustado filmarlas todas.
Me vienen a la mente también, las carcajadas refrescantes de Carla, pero no solo eso le tengo que agradecer, ella como Carlos fueron mis grandes cómplices en la cámara.
Carla con el abastecimiento incansable de toalla de papel para el lente, que había que secar antes de cada toma y Carlos con su disposición a poner la mano donde hacía falta, siempre atento al plumavith de relleno para la escena.
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2 comentarios:
mariquita: veo que el rodaje estuvo alto en espíritu. me alegra. por acá ha salido el sol de pronto. esta mañana tuve un sueño increíble. lo escribo mañana en mi blog.
salu2
Leí sobre tu sueño, amigo mariquita es bien especial, me llama mucho la atención de como hay símbolos que se nos revelan en momentos de tanta intensidad. Has pensado en que significado le puedes dar?
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