Si alguien preguntara
A donde ha ido Sokan,
decid tan solo:
"Tenía cosas que hacer
en el otro mundo"

último Haiku de Sokan

miércoles, agosto 17, 2005

XX

Todos necesitamos alguna vez borrar algo de nuestra memoria, pensándolo bien muchas veces he querido desaparecer periodos completos de mi historia, luego con el paso del tiempo voy descubriendo el por que de algunas cosas y en ese momento como por arte de magia me doy cuenta de que no las quiero borrar. Recordar: Redeo – Cordo: Volver a pasar por el corazón, un ejercicio, un rito que nos hace más fuertes aunque a veces, la mayoría de las veces, el primer paso duele.
De este modo mirar para atrás, hacerse cargo y caminar con más convicción. Lo aprendido no nos lo quita nadie.
Parece que es, exactamente eso lo que me seduce de los días de rodaje, pues se intensifica la magia de recordar el presente como si fuera pasado o futuro y no solo eso, también es un momento en el que hay que hacerse responsable de cada uno de los actos, sin dudar.
Si algo no resulta, es el equipo completo el que pierde la apuesta de torcerle la mano al destino, quienes te rodean dependen de ti y tu de ellos, estamos espalda con espalda en la batalla.
Aunque el rodaje del cortometraje XX solo duró tres días nos acercamos a un ideal, donde cada roll es una pieza importante para llegar a un sueño que formuló alguien y donde cada persona da lo mejor de lo suyo, simplemente por el placer de viajar en un tren que solo tiene estaciones oníricas.
Solo queda esperar que el material llegue bien a Argentina y sea revelado con el cuidado que se merece un trabajo hecho a pulso y con mucho cariño.
El tratamiento del blanco y negro se hizo conservando la gamma de grises que ofrecía la película, solo en un par de tomas use un filtro amarillo que resaltaba las pieles, la idea era alejarse de un tipo de imagen expresionista, la historia nos invitaba a crear sombras duras solo en las escenas de noche, en cambio en los exteriores buscábamos atmósferas frías y grises.
Mientras nos llegan noticias del material, solo queda aplacar los nervios con el recuerdo de un rodaje fluido, motivador, empático y placentero.
Por cierto Andres Waissbluth, Bruno Bettati, Pingüino, Gabriela Larraín y Javiera Iturra me dieron una gran lección de credibilidad y compromiso. Desde la sala de maquinas mantuvieron a muy buena temperatura el rodaje. Que bonita familia!!!!

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