Hoy amaneció un poco nublado y he dormido poco muy poco, pero por extraño que parezca veo alejarse lo turbio, subyace lo claro, estos han sido tiempos difíciles, días difíciles en los que me he visto abrumado por mis propias esperanzas, por mi sensación de soledad, me ha tocado reflexionar mucho sobre la veracidad de los sentimientos, sobre el egoísmo, sobre la sinceridad, sobre la confianza, sobre la tolerancia, sobre la envidia, sobre la desconfianza, sobre el amor, sobre la cobardía, sobre el silencio, etcétera.
Y tras esa tormenta de ideas y pensamientos tronadores, llegué al mismo lugar y como dice la canción tropecé de nuevo con la misma piedra, la respuesta a tantas preguntas es aprender la capacidad del desprendimiento desde el acto de amor, de liberar, de dejar partir, de dejar volar, sin rencores ni ataduras, la historia pasada, pasada está y no es posible eclipsar lo experimentado, lo que toca más bien es hacer de ello simplemente una lección, no convertiré, entonces la historia en una carga sintiéndomé culpable o victima de la conspiración universal.
Hoy amigos, familia es un día que recordaré como un día simple en el que me hice cargo de mis afectos y de mis errores, como un ser humano simple dejo partir los fantasmas del abandono y me lanzo al abismo nuevamente, creyendo, soñando, aceptando.
Hoy se hace posible confiar en lo nuevo, es posible tolerar compasivamente, es posible el amor verdadero, Pero hay que empezar desde la sinceridad profunda, respetándonos a nosotros mismos, valorándonos, no dejando que las apariencias nos engañen.
La verdadera belleza esta por dentro y nace desde la generosidad y el cuidado con que entramos al santuario, que es cada una de las personas a quien comprometemos con nuestros afectos, en todos los planos... el amor, la amistad, el trabajo etcetera.
Ser egoísta es solo un signo de inmadurez, pero como tal pasa.
Entonces este es un buen día para decir al pasado, perdón por mi egoísmo, perdón por mi falta de generosidad, me ocuparé de ello, en el futuro estaré más atento.
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